VOLVER O NO VOLVER, HE AQUÍ LA CUESTIÓN
La última publicidad de Branca vuelve a demostrar por qué los publicistas argentinos son tan respetados y valorados en la industria a nivel internacional: mezcla perversa de “tíming”, creatividad y oportunismo… nada más necesario para los tiempos que corren.
En lejana referencia a la fórmula de aquella legendaria publicidad de Coca Cola del 2002 (“Para todos” se llamaba) y que la marca replicó en esta cuarentena, Branca también hace uso de todos los golpes bajos (por definición emocionales) para motivar a la fe, la esperanza y obviamente el consumo. El aplauso al que te invita es merecido; la razón… al menos discutible.
La primera vez que la vi la amé, sucumbí a su encanto y mística como era de esperarse. Mnutos después, quizás con la distancia que me da haber dejado la profesión hace un tiempo y principalmente no ser el “target” al que va dirigido el comercial, comencé a dudar de mis sentimientos hacia ella y de su valor como mensaje social.
Mirada desde “el llano” también podes verla como un decálogo de manipulación pura y dura políticamente correcta (o al borde) para “volver” a lo que no deberíamos volver y que nos llevó hasta acá, usando como disparo certero los sentimientos y sensaciones de felicidad (consumible) con arquetipos hetero normativos dominantes (solo chicxs lindxs, menores de 30, en fiestas de playa, asados post fulbito de machos, encuentros en bares solo de chicas modernas, regresos en aviones.. y sigue sumando), conservando estructuras patriarcales en el intento de revalidar vínculos familiares fuera de uso en lo real (¿realmente los nietos se juntan con los “viejos” sin que se los exijan?) pero aún vivos en el imaginario de lo deseable del mundo tal como era… la parte feliz, claro.
El video pega en el ojo del corazón capitalista que todos llevamos dentro y he aquí el huevo de la serpiente: cuánto más se fogonea el placer instantáneo del consumo, más se cree que se satisface el deseo de felicidad eterna.
Pero si algo nos enseñó (o debería enseñarnos) la pandemia es que el consumo, al ritmo que vamos, solo nos acerca más a la destrucción del planeta y de la humanidad misma.
¿Por qué? Porque según el rumbo que llevaba la civilización, por delante solo hay más icebergs de pandemias, incendios descontrolados, calentamiento global, hambrunas, inundaciones, sequías… y la lista de plagas sigue.
¿Volver? ¿Volver a qué, entonces?
¿No sería mejor volver habiendo aprendido a no repetir los mismos errores?
¿Volver con la frente marchita y las nieves del tiempo que platearon nuestras sienes?
Lástima que esa parte de la canción no está. Claro, no garpa hablar de envejecer.
Si habemus fernet, habemus futuro, aunque tengamos que bancar veinte años… total no es nada.
Excelente! Si la publicidad no da un salto evolutivo semiótico tarde o temprano se enfrentará a su propia extinción.
Tal cual Juan! Coincido… aunque capaz se tenga que extinguir para nacer con otro sentido… como el sistema mismo no te parece? ?
Abrazo y gracias por comentar!