TECNOLOGÍA, ESTADO, Y LA EXPERIENCIA HISTÓRICA

El caso de la memecoin $Libra abrió diversos debates. Uno, a mi criterio poco atendido, concierne al rol del estado en el financiamiento, desarrollo, formación y promoción de la ciencia y la tecnología. Atendiendo a esta problemática, propongo revisar algunos pasajes de la historia Argentina de la informática y considerar, más específicamente, la experiencia histórica de la década de 1980 tras la recuperación democrática.

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La década de 1970 fue una “década perdida” para la informática en Argentina. Quizás no fue la única. Pero el estado del arte y el recurso humano alcanzado en los años sesenta, de no haber sido interrumpido en la década siguiente, probablemente hubiera colocado a la Argentina en la discusión de los países centrales. Dirán que estoy pecando de optimista –o pesimista… según cómo se mire. En todo caso, no es más que una hipótesis incontrastable y de cuestionable plausibilidad. Lo cierto es que tras la recuperación democrática a fines de 1983, Argentina se había trasformado en el furgón de cola de la región. Países entonces emergentes como Brasil estaban a varios kilómetros de distancia, cuestión patente si revisamos las memorias y registros de congresos y escuelas de verano de aquel tiempo. (Cf. Aguirre y Carnota, 2014)

Partiendo de una situación económica muy delicada –en los ochenta como ahora–, una batería de políticas estatales buscaron recuperar el terreno perdido y resembrar la semilla de la década del sesenta. De hecho, actores clave en los inicios de la informática en el país, tras su regreso del exilio, ocuparon cargos estratégicos. Fue una doble señal, clara, del nuevo gobierno: relanzar la informática y reafirmar su rol decisivo en materia de soberanía tecnológica.

Cabe observar: las políticas estatales para el desarrollo de la informática se orientaron, con mayor énfasis, al campo de la computación científica. (Cf. Ibid.) El universo de la microcomputación, la comunidad de inquietos hobbistas, estallaba en la Costa Oeste de los Estados Unidos y una nueva sociedad estaba cobrando forma. Una pregunta urgente, y el paso del tiempo mostró hasta qué punto lo era, se abría paso en nuestro medio: ¿cómo incorporar la informática en la escuela?

Un detalle permite constatar que el problema preocupó nada menos que a Manuel Sadosky, padre de la informática en nuestro país y entonces secretario de Ciencia y Técnica. Tres investigadorxs del campo de la educación publicaron en 1987 un libro sobre informática educacional orientado a maestros, profesores y estudiantes. Di casualmente con este material –que polémicamente aún conservo. Este libro, como indicativo del alcance nacional que tuvo la cuestión de la educación tecnológica en esos años, fue generosamente prologado por Sadosky. Allí afirma:

“Los docentes argentinos podrán así encontrar en este trabajo puntos de apoyo para su propia experimentación y participación en la discusión que se está llevando adelante en todo el país”. (Cf. Pizzarelli et al., 1987, 2)

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Una cuestión que puede parecer obvia al recapitular algunos momentos de la rica historia de la informática en Argentina es sin duda la referida al papel del estado en el desarrollo tecnológico de un país. La ausencia de políticas estatales en esa dirección durante la última dictadura militar hizo que esta cuestión adquiriera entidad en la década de 1980; y el libro citado más arriba constituye un interesante testimonio de ello.

Los primeros dos capítulos de Informática Educacional presentan un exhaustivo diagnóstico sobre la situación de la educación informática en Latinoamérica –país por país– así como en España y Francia. De todo este recorrido, pleno de datos y parámetros comparativos, revisemos el caso de Francia, país con alto desarrollo en el campo de la informática. ¿Qué papel jugó el estado francés en la educación temprana en este campo?

En 1971 Francia inició un plan de formación de docentes en el campo de la informática en cincuenta y ocho escuelas secundarias del segundo ciclo –o lycée, nivel al que concurren estudiantes de 16 a 18 años; hacia fines de esa década se implementó un plan de instalación de 10.000 microcomputadoras1 en ese nivel educativo. La década de 1980 comenzó con un plan de fortalecimiento en la formación de docentes y hacia 1983 se instauró la educación en informática en todos los niveles educativos. Nació en esos años el programa Informatique pour tous –informática para todos– el cual implementó 120.000 microcomputadoras mientras se capacitaban a 110.000 docentes en el manejo de estos dispositivos. El programa incluyó un fuerte financiamiento del estado en materia de software. Se había alcanzado un número de 600 softwares educativos en lengua francesa: “Se confeccionó un listado que se envió a todos los establecimientos de enseñanza, los cuales podían elegir los que deseaban”. (Cf. Pizzarelli et al., 1987, 25). El objetivo del programa informatique pour tous era lograr que en el año 1990 el 70% de los franceses tuviera conocimientos de informática. (Cf. Ibid., 22)

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En la Argentina de hoy la pregunta sobre el rol del estado en el desarrollo y educación tecnológica perdió entidad. Desde las altas esferas del poder político la respuesta a esta cuestión es muy sencilla: ninguno. En consecuencia, instituciones con una larga tradición y prestigio en el campo de la ciencia y la técnica, como CONICET y CONAE, han sido durante el 2024 prácticamente asfixiadas, agravando una situación que ya era delicada. En tándem, opacos personajes de las gradas más bajas del universo cripto habrían transitado los pasillos de la Casa Rosada legitimados por un discurso tecno-optimista tan naïf como sospechoso.

El debate de la década de 1980, tras la recuperación democrática, sobre el rol del estado en el desarrollo y en la educación tecnológica estuvo marcado por la expansión a nivel mundial de la computadora personal. El mismo debate, mutatis mutandis, se presenta hoy con el fenómeno profuso de la IA. Esta breve nota sólo aspira a que la experiencia histórica constituya un aporte para pensar sobre el asunto.

Referencias

Aguirre, J., Carnota, R.. Los proyectos académicos de desarrollo informático durante el retorno democrático argentino de 1983 y su proyección latinoamericana. Aguirre, J. y Carnota, R. (compiladores): Historia de la informática en Latinoamérica y el Caribe: investigaciones y testimonios. Editorial UniRío. Río Cuarto, pp. 197–218, 2014.

Pizzarelli de Sangiao, N., Martín, G., Gómez, J. (1987) Informática educacional. Prologo de Manuel Sadosky. Ed. Marymar.

 

1 Lo que luego, con el arribo de IBM al mercado de la microcomputación en 1981, pasaron a llamarse “computadoras personales”.

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