EL COLOR DE MI MAMÁ

Una familia en los ’90. De vacaciones en un viaje que llega más lejos que el mar.

La ruta vacía. El cielo inmenso. Muchos de nosotros recordamos veranos de viajes en auto en la infancia. En el asiento de atrás, matando el tiempo con jueguitos electrónicos y guerras territoriales por quién va del lado de la ventanilla. La película Azul el mar nos lleva ahí. Papá y mamá adelante, en ese lugar en el que no se los ve más que de semiperfil, y no se los escucha más que a través de recortes de conversación tapados por el motor del Peugeot. ¿Están peleados? ¿Cuánto falta para que lleguemos? ¿Cómo será el mar? Él al volante. Ella, en algún lugar al que iremos llegando con el viento y con las nubes. 

Sabrina Moreno, directora y guionista de su ópera prima Azul el mar, cuenta que la idea surgió en 2007. “Estaba teniendo sueños sobre mi infancia. Se me venían recuerdos de los viajes que hacíamos con mi familia. Entonces empecé a preguntarles a mis hermanos qué es lo que ellos recordaban, y fui armando algunas escenas en donde el mar y el bosque estaban muy presentes. Y surgían contradicciones, preguntas, reflexiones sobre por qué ya no éramos como antes, sobre cuántas de las imágenes que tenía eran como las recordaba, y sobre qué es lo que estaba dejando afuera. Y ahí es donde me encontré hablando de mi mamá, de esa mujer con tantas facetas que se me hacía inabarcable. Necesitaba acercarme más a ella para comprender quién era, desde otros ojos, desde otro lugar.”  

Las vacaciones en familia son la posibilidad de quiebre del mundo de detalles que trae la rutina. En nuestro universo, el de los adultos, ese mundo de detalles es como un telón que se corre en vacaciones, despejando el paisaje. Y lo primero que se advierte en ese paisaje es el estado de los puentes que nos unen afectivamente con la pareja y los hijos. Lola es mamá de cuatro y está casada con Ricardo.

Azul el mar habla de la acción demoledora del paso del tiempo y la batalla por saber qué es lo que nos mantiene aferrados a algo que quizás nos ahoga por completo”, dice Sabrina, y se nota que alude también a aquellos puentes: Lola necesita ser escuchada pero los encuentra en un estado imposible. No se pueden atravesar. Pero insiste. Trata de llegar como puede. En olas, con desorden, con espuma.

“El proyecto de Azul el mar nace originalmente de una historia muy personal de Sabrina Moreno, que había hecho un recorrido de primeras escrituras de guión y de tratamiento, y luego nos habló para ver si nos interesaba producirla. Apenas entramos al proyecto, lo presentamos al concurso Raymundo Gleyzer y quedó seleccionado”, explica la productora Paola Suárez (Jaque Content). 

La actriz Umbra Colombo interpreta a Lola. “Más allá de lo familiar, más allá de lo establecido, creo que tiene que ver con el paso del tiempo y con el decidir la vida de uno sin que te digan cómo tiene que ser”, dice.

La idea de Azul el mar nace en un contexto muy diferente al que se vive en este 2020, especialmente con las luchas feministas y la discusión sobre el rol de la mujer. El actor Beto Bernuez explica que Ricardo, su personaje, “no sabe qué le pasa a Lola, pero sí que la está perdiendo. Los elementos rudimentarios que tiene no le alcanzan para retenerla. Entra en ese conflicto sin herramientas, e intenta toscamente y choca con la pared.”  

Aunque esta y muchas otras obras cinematográficas de hoy se perciban en clave femenina, es importante entender que en paralelo hay también una masculina y más sutil. Como el varón heteronormado fue desprovisto de un espacio de expresión para sus sentimientos, la clave masculina de la crisis que nos muestra el film está precisamente en lo no dicho. Está en el fuera de campo. “A Ricardo no se lo plantea como un machista típico ─dice Bernuez─, encarna una cuestión como de época, de lo que estaba establecido. Uno, como hombre, ahora está en constante revisión de sus actitudes, de lo que viene culturalmente, de lo que cree que no es y termina siendo. A esta cuestión de los micro-machismos, de entender qué cosa viene de papá y qué cosa viene del abuelo, de recordar cómo funcionaban los modelos familiares en nuestra infancia, es interesante abordarla”.

Y esos modelos familiares quedan retratados acá como una pintura de época. Sin grandilocuencia, más bien a través de microacciones que no podrían ser apreciadas sin el meticuloso trabajo de fotografía (Sebastián Ferrero) y montaje (Martín Sappia).

El viento empieza a soplar. ¿Cuánto falta para que lleguemos? ¿Cómo será el mar?  

Tras haber participado de la sección Panorama Argentino del 34º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, en noviembre de 2019, esta producción cordobesa tiene ahora su estreno nacional. Será a través de la pantalla de Cine.ar, el jueves 2 de julio de 2020, a las 20. Luego de esa emisión inaugural, se podrá ver a través de la plataforma nacional, gratis durante la semana de estreno. Posteriormente, quedará en la plataforma CineAr Play, entre otras.

Ficha técnica

Título: Azul el mar. País, año: Argentina, 2019. Duración: 65 minutos. Guión y dirección: Sabrina Moreno. Protagonistas: Umbra Colombo, Beto Bernuez, Martina Depascual Fernández, Nehuén Fritz, Margarita Garelik y Juan Cruz Solís. Producción ejecutiva: Paola Suárez.

Música: Alejandro Di Rienzo y Arturo Escudero

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