COLECTIVOS URBANOS

Viernes 10 de Mayo 2019 10.00 AM

Recién en la parada del colectivo y antes de subir al 71 una señora me preguntó:

– Disculpe mijo, ¿tiene un boleto para venderme?
– Si, recién cargo la tarjeta, suba tranquila.
– Gracias, voy al centro a ver a mis nietos,  me aclara sentenciando con una sonrisa.

Sube. Se sienta. 

Subo, Paso la tarjeta.


Ella automáticamente saca unos billetes de entre su corpiño y me los entrega.
Me da más de lo que sale el pasaje e insiste en que me quede con el vuelto. Y de un flash se me vino la imagen de mi abuela Delia sacando plata desde el mismo lugar y con el mismo gesto, para que vaya a comprarle criollos o un pañuelo para que me sonara los mocos.

Mi abuela que ahí, entre la tira del corpiño y su corazón, podía guardar lo que quisiera.
Mi abuela que se me fue cuando yo empezaba a tener edad para disfrutarla.
Mi abuela que me hubiese aliviado tantos dolores.
Mi abuela que era omnipresente y hermosa.

Y me acordé de cuánto la extraño y la amo.

Estoy tan emocionado que tengo ganas de pedirle a esta señora que me lleve en su falda hasta el centro.

2 Comments
  1. Eduardo dice

    Muy bueno

  2. Nati dice

    Bello relato.
    Traspasa la pantalla de mi celu …
    Gracias

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