LO INHUMANO ES LO HUMANO INHUMADO

Lunes 25/05/2020, 06:15 hs.

A puros manotazos tanteo la superficie de la mesa de luz, intentando hallar el teléfono para silenciar la alarma. Tiro el velador, la placa de relajación para el bruxismo –que me olvidé de colocar-, y un rosario que me regaló mi abuela para que (según ella) me proteja. El teléfono sigue sonando y no logro tocarlo. Me levanto, prendo la luz y comienzo a buscarlo con la vista. Lo encuentro entre el respaldar de la cama y el colchón; ahora sí, detengo la alarma.

Lunes 25/05/2020, 06:18 hs.

Miro la hora en la pantalla y son las 6:20. Chequeo rápido los principales portales de diarios: Página 12, Clarín, Perfil, La Nación, La Voz del Interior. Todos repiten con diferentes miradas –o mejor dicho, con diferentes vicios partidarios políticos- las mismas noticias.

Lunes 25/05/2020, 06:25 hs.

Busco la toalla en el ténder del balcón. El frío no me permite distinguir al tacto si está húmeda o sólo fría. Abro la ducha, voy a la cocina y enciendo la radio, pongo la pava eléctrica y vuelvo al vapor cálido del baño. Piso agua en el suelo. Veo que la lluvia de la ducha estaba mal direccionada y el agua discurrió por fuera de la bañera. Meto el pie derecho bajo el chorro de agua, la toco y el pie izquierdo se me patina. Justo, de pedo, llego a agarrarme del toallero. No me caigo de pura suerte. Meto el resto del cuerpo bajo el agua.

Lunes 25/05/2020, 06:33 hs.

Sigo inmóvil bajo la lluvia de la ducha. Me siento en la bañera. No sé por qué comienzo a pensar en mis abuelos. Hace mucho que no los veo, alrededor de tres meses. Es para “cuidarlos” por la pandemia. Pienso en que cada vez que hablo, los escucho más viejitos. Les envejece la voz. Pienso en que me piden que vaya igual, que no les va a pasar nada. Me enojo con ellos, les explico el riesgo al cual los expongo. Que me muero de ganas de verlos, pero que no ir es una forma de cuidarlos. Pienso, ahora, que quizás los cuido como me cuida a mí el rosario que me regaló mi abuela; o sea, no los cuido una mierda.

Lunes 25/05/2020, 06:40 hs.

Escucho que la alarma del teléfono vuelve a sonar. Sé que son las 6:40. Me apresuro a bañarme, me entra champú en los ojos, empiezo a tantear buscando el jabón; no lo encuentro y recuerdo que ayer se me terminó y dije: -Hoy voy comprar…– Y al final no fui. Me baño con champú.  

Lunes 25/05/2020, 06:48 hs.

Salgo de la bañera, apoyo el pie izquierdo en el piso y me patino. Esta vez sí, el destino final es el suelo. Me frenó un poco la espalda cuando pegó con el borde de la bañera. Me quedo quieto un ratito, esperando el pico de dolor que aún no siento. A los segundos aparece el maldito dolor, me apuñala la escápula y me susurra: -¡Sos un pelotudo!

Me levanto como puedo. Comienzo a secarme lo más rápido posible. La alarma sigue sonando. Los vecinos me deben estar puteando por este ruido innecesario y egoísta. Les debe producir la misma bronca que me provocaron a mí los gemidos de la del 9°C anoche a las 3:15.

Lunes 25/05/2020, 06:55 hs.

Voy desnudo y medio en puntas del pie hasta el cuarto para apagar la alarma. El teléfono está casi sin batería. Lo debo haber desenchufado anoche, entredormido. Me visto rápido, me acuerdo del dicho “vísteme despacio que estoy apurado” y pienso en la idiotez de la frase.

Agarro la mochila, meto dos ambos azules, un neceser, una máscara, tres barbijos, alcohol en gel. Vuelvo a mirar la hora y ya son las 6:55. No hago tiempo de desayunar. Calenté la pava al pedo. Lo suelo hacer, en varios sentidos.

Lunes 25/05/2020, 07:02 hs.

Estoy parado en el palier, esperando el ascensor. Puteo porque tarda en llegar y miró otra vez la hora. Me vuelve el dolor en la espalda. Pienso que el día arrancó para la mierda. Ojalá que mejore un poco. Vuelvo a putear al ascensor, al edificio, al consorcio. Miro el panel y me doy cuenta de que nunca apreté el botón para llamarlo. De nuevo el dolor y de nuevo un susurro que me recuerda doblemente pelotudo.

Ahora sí, aprieto el botón y escucho el ruido lejano de las poleas que están girando.

Lunes 25/05/2020, 07:07 hs.

Se abre la puerta y afortunadamente está vacío. No me pongo el barbijo. Llego a planta baja y el de seguridad está histeriqueando con la chica del 5°B. Por supuesto los dos sin barbijos, al igual que yo.

Tengo los auriculares en las orejas, pero sin música. Es una maniobra de evasión para no hablar con nadie, para que no me pregunten qué pienso de la cuarentena, del COVID, de Ginés, o de algún caso forense. Desde que los del edificio saben que soy médico clínico y además médico forense del poder judicial, todo viaje acompañado en el ascensor es una consulta o un chismerío. Los auriculares como maniobra de evasión, ya sea que estén en silencio o fingiendo un diálogo, funcionan bastante bien. Se los recomiendo.

Lunes 25/05/2020, 07:15 hs.

Voy caminando por Marcelo T. de Alvear, desde Humberto 1° hacia Duarte Quirós. No hay casi nadie en la calle. Pienso que es por la cuarentena hasta que veo un cartel (un pizarrón en verdad) que dice: “HOY LOCRO – $250 LA PORCIÓN CON 2 EMPANADAS”.

Después de la arcada que me dio pensar en un plato de locro a las 7:15 sin haber desayunado, caigo en la cuenta de que hoy es 25 de mayo, fecha patria.

Lunes 25/05/2020, 07:28 hs.

Media cuadra antes de llegar al edificio de Tribunales veo la cola de móviles policiales con detenidos. Son los que “violan” la cuarentena. Hace más de dos meses que estamos realizando el examen médico a cada uno de esos detenidos. Son más de doscientos por día. Las primeras semanas trataba de explicarles la razón por la cual debían quedarse en su casa. Ahora, los odio y no les explico nada.

En la puerta de ingreso a mi lugar de trabajo, me cruzo con los que se van felices de haber terminado su guardia y los que entramos ansiosos por el día que comienza. Los feriados, más aún si son lunes, suelen “traer” muchas muertes violentas.

Lunes 25/05/2020, 07:34 hs.

Marco el ingreso con mi código personal y apoyo la mano en el lector táctil.

Saludo con el codo a mis compañeros de trabajo de ese día. Todos me miran y ponen cara de estar por comenzar a reírse. Los acostumbré, es mi culpa. Siempre, desde hace más de seis años que cada vez que llego, durante el día de guardia y cuando me voy, hago un chiste, digo pavadas, hablo en doble sentido. Hoy no, hoy no tengo ganas. No sé si fue una manera de prepararme por lo que iba a pasar a la noche o realmente hoy sólo no tenía ganas de nada.

Termino de saludar y me voy a la sala de médicos. Escucho las voces de desconcierto, sin ver las caras a mi espalda. Sé que les sorprendió está actitud. Bueno, a mí también.

Lunes 25/05/2020, 07:42 hs.

Están realizando el pase de guardia. Escucho por encima mientras dejo la mochila y pongo la pava como hice en mi departamento. Espero que alguien haya llevado café, así no caliento agua otra vez al pedo. Se me acerca una compañera de guardia y me dice:

-Tenés dos zapatillas distintas…!

Miró hacia abajo y veo que es verdad. Pienso en la frase de antes, la de “vísteme despacio que estoy apurado”. Ahora ya no me parece tanto una boludez. Me pongo los borceguíes de trabajo que, aunque estén sucios, son iguales por lo menos.

Lunes 25/05/2020, 07:47 hs.

Charlamos algunas cosas al pasar con mis dos compañeras de guardia. Ambas dicen que me notan disperso. Me justifico con el cansancio, el desborde de trabajo y otras banalidades.

Distribuimos las tareas y horarios a lo largo del día. Me voy al consultorio y comienzo a responder los mails que tengo colgados desde hace más de una semana.

Corrijo los trabajos prácticos que me enviaron los alumnos. Pienso en la incoherencia de enseñar medicina sin pacientes. Recuerdo la frase de William Osler(1). Siento que este año los alumnos ni siquiera van a embarcar. Veo que dos se copiaron las respuestas. Me enervo. Apago la computadora y los puteo.

Lunes 25/05/2020, 08:15 hs.

Escucho el teléfono que suena en la base operativa y lo atienden casi de inmediato. Acto seguido, oigo tres preguntas de las cuales, sin saber la respuesta aún, sé muy bien que tengo que ponerme a preparar el equipo de trabajo para salir a la calle:

¿Dónde fue? ¿Viajaba solo? ¿Está asegurado el lugar?

Listo, un muerto para arrancar el día, tempranito. A los pocos segundos me golpean la puerta de consultorio.

-¿Si? –respondo.

-Doc, hay un muerto… ¿Quién sale de ustedes?

-Voy yo –contesto sin siquiera darme vuelta para responder.

–Ok, en veinte minutos más o menos salimos.

Lunes 25/05/2020, 08:45 hs.

Bajamos a la playa de estacionamiento, nos subimos a la camioneta y nos vamos. Viajamos aproximadamente dos horas. Hablé lo mínimo y necesario en el camino con respuestas monosilábicas.

Llegamos al lugar del accidente. Un homicidio culposo en verdad. Hecho sencillo de resolver. Trabajamos una hora y media. Fotos, planos, huellas. Sacamos junto a los bomberos voluntarios el cadáver de adentro del auto. A mí por lo menos me pagan por esto, a ellos no. En verdad, no sacamos juntos todo el cadáver, sino la gran mayoría de él. Los otros fragmentos los fui sacando solo. Un brazo derecho y el pie izquierdo más precisamente.

Lunes 25/05/2020, 14:45 hs.

El viaje de regreso fue similar al de ida. Dejé el cuerpo y sus partes en el instituto médico forense. Volvimos a la base operativa.

Lunes 25/05/2020, 15:30 hs.

Me cruzo al bar del frente y me compro un café, cortado y sin azúcar. Así lo tomo. Miro las sillas de cuerina roja (“cuero ecológico” le dicen ahora), en la cuales ya no nos podemos sentar. Lo tomo de parado en la barra y me voy. La moza me dice que olvidé pagarle. Me invade la vergüenza y la desesperación de querer explicar que fue sin la más mínima intención. Me mira y se ríe. Me pregunta si estoy bien. Sólo me limito a pagarle y me voy.

Lunes 25/05/2020, 16:00 hs.

Vuelvo al consultorio, sigo atendiendo detenidos por diferentes causas. La gran mayoría es por no respetar el Aislamiento Social Preventivo Obligatorio. Ese día y a esa hora ya iban alrededor de 110 imputados. Escucho sus excusas o argumentos (no sé bien si hay diferencias entre estos conceptos). Algunos me generan ira contra ellos (el que sale a trotar porque está aburrido), otros contra el gobierno (el que sale a buscar el mango para comer), otros contra mí (me reservo el ejemplo).

Lunes 25/05/2020, 16:21 hs.

Pienso en el correo que me envió un amigo hace poco, con una frase de Tere Andruetto: “Siempre habrá aquel, que mientras el mundo se cae, está pensando en su casa. Y también aquel, que mientras su casa se cae a pedazos, esté pensando en el mundo”. Con este trabajo, paso de un lugar a otro de forma permanente.

Me doy cuenta de mi inestabilidad. Tengo humor eletrocardiográfico las últimas semanas, incluso dentro del mismo día.  

Siento bocinazos a lo lejos, pero no tan lejos. Vuelvo a la realidad… ¿Qué es la realidad?

Lunes 25/05/2020, 19:00 hs.

Enciendo el televisor y muestran la marcha de “no somos héroes ni asesinos, somos médicos”. Me emociono de vernos así de unidos, en camaradería. Es raro entre médicos. El periodista que relata la nota, cuyo apellido geométrico es igual que su pensamiento, hace un análisis que realmente da asco. Silencio el televisor, al igual que hace cualquiera de mis compañeros cada vez que ese periodista aparece. 

Lunes 25/05/2020, 20:35 hs.

Un sumariante se acerca a la sala de médicos. Nos trae un oficio que en carácter de “urgente” (en el plazo de dos horas) nos solicita el examen médico de un herido de arma de fuego que está en el Hospital.

Le digo a mis compañeras que voy, porque prefiero salir un rato del edificio. Agarro un vehículo oficial y me dirijo al Hospital.

Lunes 25/05/2020, 21:12 hs.

Ingreso por la Guardia del Hospital. No me dejan pasar, me toman la temperatura primero. Al ver mi cara de orto, el de seguridad me dice:

-Es por lo del COVID doctor… para cuidarnos a todos.

Ahí recuerdo: “Cierto, la puta pandemia”. Hablo con el personal de seguridad nuevamente:

-Vengo a ver a…- y no me deja terminar la frase, o mejor dicho, la termina él.

-…Si ya sé, está en el Shock Room, Box 1. La estaban por pasar a terapia.

Lunes 25/05/2020, 21:15 hs.

Entro al Shock Room. Una sola cama ocupada, la del Box 1. Me acerco. Veo un cuerpo pequeño. Pienso que me equivoqué en la interpretación que hicieron y que hice con los de seguridad.

Le pregunto al enfermero por la médica de guardia. Él la llama y pasan unos minutos. Cuando se acerca, veo que es muy joven, pero muuuuy joven.

Le pregunto sobre un paciente con una herida de arma de fuego en cráneo. Me mira, fijo, y me pregunta: -¿Está bien profe?

Lunes 25/05/2020, 21:20 hs.

-¿Eh?– es lo único que me sale responder. La miro con desconcierto.

-Usted fue mi profe de patología, de los teóricos solamente, por eso quizás no se acuerda. En el 2015 la cursé. Ahora estoy en segundo año de la residencia de Emergentología.

Sigo mirándola, mientras hago cálculos entre el año que la cursó, el año de residencia en el que está y los años que pasaron. ¡Cómo se pasan los años!

Lunes 25/05/2020, 21:24 hs.

-Volviendo a su pregunta profe, no es “el” paciente que busca; es “la” paciente. Una nena de 12 años de edad. Está ahí atrás en el box 1. Tiene un disparo en el cráneo. No podemos identificar bien cuál de las lesiones es entrada y cuál es salida…

Otra vez me quedo mirándola. Intentando salir del desconcierto de haber escuchado profe y ahora estar escuchando que una “nena” tiene un disparo en la cabeza y, sobre todo, escuchando la naturalidad y neutralidad con la que me lo dice. No pareciera afectada en lo más mínimo. Primero me cae pésimo e inmediatamente pienso que quizás gracias a esa personalidad puede hacer esa residencia.

Lunes 25/05/2020, 21:30 hs.

-¿Está bien profe? –me repite.

-Sí, disculpame. ¿Tendrás la historia clínica a mano, y la ficha pre hospitalaria? Es para ver hora de ingreso y demás detalles judiciales.

-Ahí se la alcanzo.

Lunes 25/05/2020, 21:37 hs.

Leo la historia de dos páginas. Saco los datos administrativos. Voy a revisarla. Está en asistencia respiratoria mecánica, vía central, drogas para mantener la tensión arterial, sonda orotraqueal, sonda vesical, monitorizada. Un rosario celeste rodea la muñeca izquierda como una pulsera. Solo 12 añitos y con un tiro que le cruza de lado a lado la cabeza. Se me entrecorta la respiración, un poco nada más.

Le corro la cofia, giro con extrema suavidad su cabecita para un lado y para el otro, intentando determinar cuál de los orificios es entrada y cuál salida. El de la nuca es entrada, sin duda.

Lunes 25/05/2020, 21:55 hs.

Saludo a la colega (ex alumna), conversamos sobre dos o tres cosas sin importancia y me voy. En la puerta, a la salida de la guardia, se me acerca un viejito con ojos inyectados.

-¿Lo agarraron ya? –me dice.

-Me parece que está confundido señor. No entiendo qué es lo que me dice.

-Su campera dice “Secretaría Científica – Poder Judicial”. Trabaja para la Justicia. Le pregunto si agarraron al que le disparó a mi nieta. El hermanito que venía con ella ya le contó todo a la policía. En el barrio hay cámaras. Eran las dos de la tarde y estaban viniendo a visitarme. Yo los había llamado porque los extrañaba. Vivían a una cuadra. ¿Me entiende?

Lunes 25/05/2020, 21:57 hs.

Me quiero ir corriendo de la guardia, del hospital, de la Policía Judicial, de Córdoba…

-Oficial… –continúa el viejito -ellos venían a visitarme a mí. La mamá les dio el teléfono por las dudas. Aparecieron dos tipos en moto y ella, del susto, justo en la puerta de casa, agarró el celular con las dos manos y se lo llevó al pecho. Se escuchó el tiro y una moto que aceleró. Y ahora está acá. Dígame que lo agarraron… ¡Por favor!

Lunes 25/05/2020, 22:00 hs.

Por cagón y por no saber qué decir, le contesté:

-Disculpe, soy médico, no policía. No sabría responderle. Sólo vine a examinar a su nieta.

Sin darme cuenta, acababa de meter mi cabeza en la guillotina, yo solito.

-¿Y cómo está? ¿Se va a salvar, no?

Quería volver dos segundos atrás y decir que era policía.

Lunes 25/05/2020, 22:04 hs.

-No le puedo dar esa información. Ya los médicos de guardia le van a dar el parte.

-¡Quiero estar con ella, pero no me dejan entrar por lo del virus de mierda!

Lunes 25/05/2020, 22:08 hs.

Me subo al auto, apoyo la cabeza en el respaldar y miro fijo el parabrisas. Pienso qué mierda hago ahí. Pienso que ojalá lo agarren al que disparó. Pienso si esa nena hubiese sido mi sobrina. Pienso, con fuerza, en la pena de muerte. Pienso en por qué pienso lo que pienso. Agarro el celular para llamar a mi novia. Elijo que mejor no.

Lunes 25/05/2020, 22:23 hs.

Otra vez en la base operativa, me comunico con la fiscalía para adelantar verbalmente el informe de la nena de 12 años, a la que le metieron un tiro en la nuca para robarle un celular. Después del llamado, innecesario, escribo el informe. Es que el llamado me sirve para aliviar un poco la carga, escribir el informe médico otro poco, y escribir esto, ni les cuento.

Lunes 25/05/2020, 22:45 hs.

Mis compañeras de guardia me preguntan qué vamos a comer. Les digo que cualquier cosa. Me preparo un café.

A la media hora llega una pizza. No ceno.

Llamo a mi novia, para hablar un rato y distraerme. Me pregunta si estoy bien, porque me nota raro. Pienso si contarle o no. Otra vez, elijo que mejor no.

Lunes 25/05/2020, 23:34 hs.

Me llega un mail: “Mañana, martes 26/05/2020, 10:00 hs., reunión de cátedra, obligatoria”.

Releo el mail y pienso: Me chupa un reverendo huevo la reunión.

Martes 26/05/2020, 03:25 hs.

Suena el teléfono de la base y mientras seguía revisando presos en el consultorio escucho decir:

-Ah ok, ya le hicieron la ablación de órganos, entonces… En un rato la buscamos y hacemos el traslado.

No hizo falta más. Se me vino la imagen del abuelo en la puerta del hospital, recibiendo la noticia. Apoyé el mentón en la palma de la mano izquierda, en la cual tengo una cinta roja con siete nudos (regalo de mi abuela también). No quería que me tiemble, no quería llorar. No pude.

Martes 26/05/2020, 05:40 hs.

Dejo el cuerpo vacío, sin órganos, en el Instituto Médico Forense. Vuelvo, también vacío, a la base operativa. Pienso otra vez en el abuelo, en el hermanito que vio todo, en la madre, en la familia. Pienso en ella. Pienso, la re puta madre…

Martes 26/05/2020, 06:30 hs.

Me preparo otro café. Ya deben ser 6 ó 7 tazas en lo que va de la guardia. Menos mal que no fumo (aún). Me apoyo en la mesada y me duele la espalda. Recuerdo el golpe en la ducha, recuerdo la patinada. Me doy cuenta la adrenalina que habré liberado durante todo el día para que no me duela.

Martes 26/05/2020, 07:20 hs.

Estoy por salir de la guardia. Pienso en la reunión de cátedra en la que vamos a discutir cómo hacemos para enseñar medicina sin pacientes; muy lógico. Pienso en el abuelo y en la nena con el rosario en la muñeca. No le sirvió de mucho.

Martes 26/05/2020, 07:28 hs.

Abro otra vez y como todas las mañanas, los portales de los diarios. Esta vez, todos replican exactamente el mismo titular, sobre las declaraciones de nuestro presidente respecto de la liberación de los presos: “Tener ahora en las cárceles personas en riesgo y que el Estado no reaccione es un acto inhumano. Y nosotros abrazamos la política porque la humanidad es lo que nos importa.”

Martes 26/05/2020, 07:35 hs.

Mientras vuelvo caminando hacia casa por Marcelo T. de Alvear, desde Duarte Quirós hacia Humberto 1°, veo que ya no está el pizarrón con la oferta del locro. Hoy dice: CAFÉ CON LECHE + 2 CRIOLLOS X $100.

Pienso si los criollos tendrán olor a locro. Otra vez se me viene de la nada la imagen del abuelo, de su nieta. Pienso en la familia. Pienso que, si agarran al que disparó, y ese alguien tiene más de 60 años, es hipertenso y asmático, no estaría ni siquiera preso, porque los que abrazan la política y a los que les interesa la humanidad, hubiesen reaccionado, por no ser inhumanos. Veo y compruebo que, con este tipo de cosas, lo verdaderamente humano está bajo tierra, inhumado. Ojalá en lugar de abrazar la política, pudieran abrazar a ese abuelo.

Martes 26/05/2020, 10:00 hs.

Preparo el mate, enciendo la computadora. Hago click en el link de zoom para conectarme a la reunión de cátedra que es obligatoria.

Escucho sin oír. Hay un debate importantísimo de si el examen debe ser oral o multiple choice. Pienso en el abuelo. Pienso en mis abuelos. Pienso en el rosario que tenía la nena en la muñeca. Desconecto la cámara de la reunión. Me levanto y busco mi rosario de la mesa de luz. Lo miro, sonrío y lo tiro a la basura. Enciendo otra vez la cámara y continúo con la reunión.

(1): Estudiar el fenómeno de la enfermedad sin libros es navegar un mar inexplorado, mientras que estudiar libros sin pacientes no es ir al mar en absoluto.” (N. de E.)

6 Comments
  1. Anonimo dice

    Juro que lo sentí en carne propia. Lo admiro en todos los sentidos y solo conociéndolo por sus extensas clases por zoom de patología, las cuales amo. Ojalá existieran más profesores como usted y más médicos con esa vocación que se puede ver de todos lados.
    Cuando era chica decía “cuando sea grande quiero sacar bebés de la pansa”, hoy quizás la obstetricia no es lo que quiero seguir, pero al margen, quiero ser como usted y disfrutar la profesión que amamos pese las circunstancias.
    Gracias profe, gracias Julio por cruzarte en mi formación, porque más allá del conocimiento que transmite, cada clase me hace dar cuenta que amo lo que estudio y que necesito (como todos seguramente) más personas como usted, que transmitan ganas de aprender.
    No es un comentario “chupamedias”, seguro se lo han dicho o quizás no, pero es bueno hacerlo saber.

  2. CAROLINA dice

    TE CONOZCO HACE TANTO TIEMPO Y HE ADMIRADO TU CAPACIDAD ETERNA DE ADAPTARTE A LAS NECESIDADES DE LOS OTROS. APRENDI MUCHO DE VOS Y YO SI LE PIDO A DIOS QUE TE PROTEJA SIEMPRE , COMO LO HACE TU ABUELA. AMAR LA PROFESION COMO LA AMAMOS NOSOTROS ES UN CANTO A LA VIDA ENTRE TANTO DOLOR. TE ENTIENDO Y TE ADMIRO. CUIDATE!!!! TE QUIERO MUCHO. CARO LUQUE

  3. Chino dice

    Gracias por esto, Julio, abrazo grande.

  4. Julio C. Guerini dice

    Gracias por el leer el texto y tomarse el tiempo de comentarlo.

  5. Nicolas dice

    Tremendamente movilizante.
    Te conoci alla por el año 2007 y todavía me impresiona la fuente inagotable de conocimiento que sos.
    Muchas gracias siempre Julio querido.

  6. Anonimo dice

    Muy buenos relatos, un abrazo!!

Dejá una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.