EDITORIAL

EL BUCLE SIN FIN

En algún lugar del territorio argentino, se descubre un portal que da acceso a cierto momento del pasado o del futuro. Una persona ingresa con la determinación de retornar al preciso instante en que un ciudadano chino está a punto de comprar en un mercado de Wuhan el animal que le transmitirá el virus del Covid-19, con lo que se dará inicio a una cadena de contagios que desatará una pandemia. Mediante algún artilugio, el viajero del tiempo impide que eso ocurra y, una vez consumado su objetivo, regresa al presente de este mes de agosto de 2020. ¿Con qué se encuentra?

Con que Donald Trump es candidato puesto a la reelección, con encuestas a su favor que lo muestran como el favorito del electorado estadounidense y con una opinión pública polarizada entre el empresario y el demócrata Bernie Sanders. Y Jair Bolsonaro avanza con el proceso de militarización de su régimen, respaldado por sectores del fundamentalismo cristiano. En Chile, las protestas obligan a Sebastián Piñera a renunciar a su cargo, en tanto que en Francia los Chalecos Amarillos empiezan a conformar una agrupación política para plantearle una disputa electoral a Emmanuel Macron.

En Argentina, para su sorpresa, comprueba que… recrudecen las movilizaciones opositoras contra el proyecto de Reforma Judicial, aunque los reclamos se extienden a otros aspectos de la gestión del presidente Alberto Fernández, a quien acusan de llevar al país hacia un sistema parecido al de Venezuela. Nuevos episodios de gatillo fácil y desapariciones de personas ponen en la mira el comportamiento de las fuerzas de seguridad. Y, pese al acuerdo alcanzado con los acreedores externos varios meses atrás, el dólar blue sigue en aumento hasta cotizar a más de $130, lo que amplía gravemente la brecha con el oficial.

Por si hiciera falta demostrarlo, la anécdota expone cómo la realidad argentina gira alrededor de su propia órbita y traduce cualquier agente externo a los propios términos de su esquema de funcionamiento. La serie “Dark”, por suerte, transcurre en un pueblo alemán, porque si se escenificara en uno de los de por acá, nadie notaría las alteraciones cronológicas y los capítulos serían uno más aburrido que otro. Parece que aquí los bucles del tiempo no son la excepción sino la regla. Y, en todo caso, la pandemia es hoy un catalizador, pero si no hubiese existido el coronavirus, se hubiera encontrado cualquier otro. Total, da lo mismo.